LOS ÁNGELES – Imagina dirigir a Martin Scorsese. Ahora imagina que está contando historias de Buenos muchachos entre una toma y otra, siendo exactamente el cineasta legendario que esperabas que fuera. Para Seth Rogen, ese fue “uno de los días más emocionantes” que ha tenido en un set. En The Studio, su nueva serie que satiriza Hollywood por dentro, Rogen logró algo que parecía imposible: convencer a gigantes como Scorsese y Ron Howard de burlarse de sí mismos. Y el resultado fue sorprendentemente divertido.
“Dirigir a grandes directores es muy aterrador”, admite Rogen en una entrevista con algunos periodistas, con la presencia de Filmelier. Pero tanto Scorsese como Ron Howard se entregaron por completo a la broma. Scorsese “realmente te da el Martin Scorsese que quieres”, mientras que Howard sorprendió por su dedicación profesional, insistiendo en ensayar las escenas por Zoom semanas antes del rodaje.

“Ron realmente quería actuar bien y estaba muy serio con su interpretación”, cuenta Rogen. El director de Una mente brillante quiso leer y releer las escenas, demostrando que estaba realmente comprometido con el papel.
La inspiración para la serie, y para las participaciones especiales, vino del clásico The Larry Sanders Show, donde Rogen veía a ídolos como Jim Carrey y Sean Penn burlarse de sí mismos. “Queríamos que, si se trata de un director con el que yo debería estar emocionado de trabajar, tú como espectador creyeras que un ejecutivo de estudio realmente estaría emocionado de trabajar con esa persona”, dice.
Cada participación pasó por una “prueba” rigurosa. Si no era convincente que esa persona realmente ocuparía tal posición en Hollywood, no entraba en la serie.
En The Studio, el Globo de Oro más realista de la TV
Uno de los episodios más ambiciosos de The Studio va más allá de las participaciones especiales y recrea la ceremonia del Globo de Oro en el mismo Beverly Hilton. Rogen quería darle al público “una experiencia inmersiva de lo que realmente es estar en los Globos de Oro”.
La experiencia personal del actor en las premiaciones fue fundamental. Recuerda la primera vez que fue al evento. “Todos estaban emborrachándose, era muy divertido. Era algo caótico, la gente se levantaba y cambiaba de mesa en mesa”, recuerda.
Durante el rodaje, el equipo técnico quedaba sorprendido con la veracidad. “Me preguntaban si la gente simplemente se levantaba en medio del show e iba atrás a tener conversaciones. Era exactamente así”, dice Rogen, soltando su típica risa.
El arte imitando a la vida
Lo más curioso es que muchos ejecutivos reales no se reconocen en las sátiras obvias de la serie. “Muchas personas piensan que está basado en ellas cuando no lo está. Muchas personas en quienes sí está basado no quieren pensar que está basado en ellas”, se divierte Rogen.
La serie ha hecho que ejecutivos de Hollywood se reconozcan en situaciones incómodas, especialmente en el episodio donde Rogen visita un set y nadie lo quiere allí. Varios enviaron mensajes. “Estoy en el set de la película y no puedo dejar de pensar en tu serie. Y en cómo nadie me quiere aquí”, dicen.
Para la segunda temporada, Rogen ya tiene una lista de sueños para nuevas participaciones, pero prefiere no revelar los nombres. Al fin y al cabo, como él mismo descubrió, convencer a las estrellas de burlarse de sí mismas es casi como la propia serie: una mezcla de ego, inseguridad y mucho encanto hollywoodense.