LOS ÁNGELES – Hay historias que nacen de lo más profundo de la experiencia humana. Surgen de donde el amor y la muerte bailan un vals íntimo que pocos se atreven a presenciar, y mucho menos a contar. Dying for Sex es una de esas raras narrativas. Emerge del duelo para celebrar la vida. Transforma el trauma en arte, encuentra luz en las sombras más oscuras de la condición humana. Basada en la verdadera travesía de Molly Kochan, la miniserie de FX, disponible en Disney+, superó todas las expectativas al convertirse en una de las producciones más impactantes de 2025, consiguiendo nueve nominaciones al Emmy y un lugar permanente en el corazón de quienes la vieron.
“Dying for Sex” narra la travesía de Molly, interpretada por Michelle Williams. Es una mujer que, tras recibir el diagnóstico de cáncer terminal en etapa IV, decide dejar su matrimonio infeliz en busca de su primera experiencia sexual plena. La producción nació del pódcast homónimo creado por Nikki Boyer, quien vivió de cerca la transformación de su mejor amiga Molly Kochan en los últimos meses de vida.
Dying for Sex: entendimiento de amor y muerte
Durante una rueda de prensa realizada en Los Ángeles, con la presencia de Filmelier, las involucradas en la miniserie compartieron los emotivos bastidores de esta obra que conquistó tanto al público como a la crítica.
Nikki Boyer, productora ejecutiva y creadora del pódcast, reveló cómo el proceso de adaptación trajo nuevas capas de comprensión. “Cada etapa – ver el pódcast salir al aire, ver la serie filmarse, recibir los primeros cortes – me dio un nivel diferente de duelo”, compartió Boyer. “Aprendí que el duelo es como el amor saliendo, es pérdida, pero en realidad es una expresión de amor. Me siento feliz y agradecida de tener estas nuevas capas de duelo”.
Michelle Williams, quien además de protagonizar la serie también funge como productora ejecutiva, describió la experiencia como transformadora. Por primera vez en lo alto de la jerarquía de producción, Williams encontró inspiración en experiencias anteriores, citando al director Sam Raimi. “Él creaba un ambiente seguro, exuberante y armonioso lleno de ‘sí’. Cuando me di cuenta de que era la número uno en el elenco, respiré profundo y pensé: ‘crece y ayuda a crear lo que quieres que sea'”.
La actriz enfatizó que el principio rector de la producción era “construir una fogata en torno al amor que estas dos mujeres compartían y dejar que todos experimentaran ese calor”. Williams también reveló que la experiencia fue transformadora. “Cambió la forma en que pienso sobre el tiempo. Abrió una posibilidad para mí. Las malas noticias llegarán para todos nosotros. ¿Y cómo voy a enfrentar eso? ¿Puedo abrir un espacio mientras estoy en medio de todas las demás cosas?”, cuestionó.
Detrás de la creación
Kim Rosenstock, co-creadora, productora ejecutiva y guionista de la serie, junto con Liz Meriwether, trabajó para adaptar el pódcast manteniendo su esencia emocional. La producción enfrentó desafíos iniciales de financiamiento, como explicó Boyer. “Todos decían ‘qué gran idea’, pero cuando pedíamos dinero, repetían ‘qué gran idea’ sin ofrecer recursos. Francamente, los anunciantes no gravitan alrededor de muerte y sexo”, denunció.
El elenco de la serie incluye también a Jenny Slate, Rob Delaney, Jay Duplass y Sissy Spacek. La química entre Williams y Slate, quien interpreta a la mejor amiga Nikki Boyer, fue particularmente significativa para la creadora del pódcast. “Hubo un momento después de las filmaciones en que le dije a mi esposo: ‘Estoy teniendo sentimientos interesantes. Realmente extraño a Michelle'”, reveló Boyer. “Él me dijo: ‘Es porque ella es tu versión de Molly ahora’. Yo estaba teniendo estos sentimientos profundos de duelo por no poder verla todos los días en el set”.
Michelle Williams enfrentando la complejidad
La serie aborda temas complejos como sexualidad, trauma, amistad y mortalidad. Todo con un enfoque que mezcla comedia y drama de manera orgánica. Williams destacó cómo el material permitió explorar “qué tan lejos puede llegar y cuánto puede vivir dentro de los corazones y mentes de las personas, si puede causar algún cambio vibracional en un miembro de la audiencia”.
El proceso de desarrollo de la serie comenzó cuando Liz Meriwether le presentó el pódcast a Williams. Fue al inicio de la pandemia. “Ella me llamó y dijo: ‘¿Quieres escuchar este pódcast? Es sobre una mujer que muere de cáncer’. Yo le respondí: ‘No creo que eso sea lo que necesito ahora’. Ella contestó: ‘Pero también tiene un despertar sexual’. Entonces le dije: ‘Ok, mándame el link'”, recordó Williams.
La colaboración con Wondery, un estudio de pódcast conocido por historias impulsadas por personajes, fue crucial para transformar las grabaciones caseras en una serie limitada profesional. Boyer reflexionó sobre el proceso. “Mucha gente tenía miedo de sumergirse en muerte y sexo. Afortunadamente nos unimos a Wondery, que asumió un hermoso riesgo”, dice. Ella concluyó que “cada vez que encontrábamos un nuevo socio en el camino, había un entendimiento espiritual de que todos estábamos en esta arriesgada aventura de contar historias”.
