Desde el momento en que alguien en Nadie 2 (Nobody 2, Estados Unidos, 2025) dice que la lancha en la que los personajes harán un paseo en río “es como un camión, pero que flota”, puede predecirse lo que se viene. O no, si no viste la primera Nadie (Nobody, EUA, 2021).
La mención del camión alude a la secuencia más emblemática de la primera parte, en la que el asesino retirado convertido en padre de familia, Hutch Mansel (Bob Odernkirk), finalmente estalla y utiliza sus habilidades para hacer pedazos a un grupo de bravucones a bordo de un camión de pasajeros. En la secuela, se nos avisa lo mismo: Hutch hará lo propio con un nuevo grupo de matones, ahora en una lancha.
¿Es lo más original? No necesariamente. ¿Sigue siendo divertido? Absolutamente. Nadie 2 es una secuela que se toma mucho menos en serio a sí misma que su predecesora. Por un lado, esto mantiene las cosas muy entretenidas, a pesar de cierta falta de frescura. Pero por otro lado, vale cuestionar si esta franquicia no seguirá el mismo rumbo que otras, condenadas a meramente autoparodiarse hasta quedarse sin gas.
¿De qué se trata?
Luego de enfrentarse a la mafia rusa, Hutch Mansel (Bob Odenkirk) ha quedado profundamente endeudado, y debe trabajar largas horas como asesino para “el Barbero” (Colin Salmon). Esto ha traído tensiones con su esposa (Connie Nielsen) y sus hijos (Gage Munroe y Paisley Cadorath), por lo que decide organizar unas vacaciones al parque acuático donde tuvo los mejores recuerdos de su infancia.
Sin embargo, cuando tienen un breve altercado, descubren que el pueblo es gobernado por una violenta organización criminal y un nido de corrupción policial. La situación escala y, una vez más, Hutch debe usar sus violentos talentos para proteger a su familia.
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Nadie 2: entre secuela y autoparodia
Con las secuelas hollywoodenses, parece haber sólo dos caminos: o hacer las cosas más grandes o, como sucede más frecuentemente hoy en día, hacer lo mismo pero con referencias o incluso burlas a lo que se hizo primero. Nadie 2 sigue esta segunda ruta con el entusiasmo de quien ha decidido tomarse la vida a broma.
La premisa es, en esencia, la de un hombre que no puede escapar ni de su pasado ni de su aparente vocación hereditaria de partirle la cara a los malos, ni para evitar arruinarse las vacaciones. La herencia familiar y el legado es un tema que introduce la película, pero que no desarrolla más allá de un par de diálogos sobre cómo Hutch ha seguido los pasos de su padre (Christopher Lloyd), y cómo no quiere que su hijo haga lo mismo. La secuela cae precisamente en esa trampa al repetir, desde su secuencia inicial, bromas casi idénticas.
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Sin embargo, no hay mayor exploración en Nadie 2 que la autorreferencia a su predecesora en un sentido burlón. Si las cosas eran absurdas pero con un ligero toque de tragedia en la primera parte, aquí se abraza definitivamente lo primero. Hutch lidia con hacer explotar a unos tipos con la misma mueca de arrepentimiento de quien olvidó sacar la basura.
Y en general, ese absurdo provoca risas si no se piensa en ello. Lo que en la primera película era un clímax carnicero y brutal dentro de un taller, aquí es una masacre en un parque acuático, con la misma alegría y sadismo de Mi pobre angelito. Claro que será gracioso ver al octogenario Christopher Lloyd rociando a criminales anónimos con una metralleta. Y claro que la aparición gratuita e inexplicada del hermano de Hutch, Harry (RZA), ahora todo un maestro de la espada, va a arrancar carcajadas. Un deus ex machina estúpido, pero que divierte precisamente por que es consciente de lo absurdo que es.
Sin embargo, viendo Nadie 2, es imposible no pensar que las propuestas hollywoodenses otrora medianamente novedosas, parecen resignadas no sólo a repetirse, sino a burlarse de sí mismas. No hay una progresión de los personajes, meramente autoparodia. No hace falta ir mucho más allá de M3GAN 2.0 (EUA, 2025), secuela que abandona el terror por la comedia, y se construye sobre bromas referentes a los apartados más absurdos de su premisa original.
Para el caso de esta secuela con Bob Odenkirk, tomarse menos en serio ayuda, por lo menos, a que la experiencia sea divertida. La dirección, ahora a cargo del indonesio Timo Tjahjanto, consigue secuencias de combate tan frenéticas como cómicas. Sin embargo, es inevitable sentir que hay potencial desperdiciado. El mundo de Nadie esconde una historia sobre el hastío de la vida matrimonial suburbana y la fascinación por la violencia, pero no contaríamos con una exploración de la misma ni siquiera en una hipotética tercera parte.
Nadie 2 se estrena en cines de México el 21 de agosto
