Hay instancias en que la más reciente derivación de una franquicia establecida no puede provocar más que hastío, pereza y un poco de desesperanza ante un panorama saturado de remakes, spin-offs y las famosas “secuelas de legado” (legacy sequel). ¿Y dónde está el policía? (The Naked Gun, Estados Unidos, 2025) pertenece al nicho de estas últimas, pero merece obviar ese hecho por pura virtud de su maravillosa comedia física, tan boba que desarma. Esta película trae un gran total de “cero” pretensiones a la mesa: sólo está aquí para hacerte reír.
Por lo anterior y, quizá, porque pertenece a una franquicia que no había tenido una nueva entrega en tres décadas, con los considerables cambios de sensibilidad que ello conlleva. La original de 1988, protagonizada por Leslie Nielsen, abría con una parodia cargada de caricaturas del bloque oriental de la Guerra Fría. Tenía a Priscilla Presley como mero interés romántico cosificado, y a O.J. Simpson en un papel en el que, por lo menos, era maltratado en cada escena. Otros tiempos.
Esta nueva versión tiene al ícono de acción Liam Neeson como hijo del personaje de Nielsen. Es decir: no deja de reconocer su pasado para traer este tipo de comedia hacia el presente.
¿De qué se trata?
Un misterioso accidente automovilístico conduce al teniente Frank Drebin Jr. (Liam Neeson), del Escuadrón de Policía de Los Ángeles, a investigar un posible asesinato. La víctima trabajaba para la compañía del multimillonario magnate tecnológico Richard Cane (Danny Huston).
Cuando aparece en escena Beth Davenport (Pamela Anderson), autora y hermana de la víctima, todas las pistas apuntan a Cane como el principal sospechoso. Drebin debe poner utilizar singulares habilidades policíacas para resolver el crimen, enamorar a Beth Davenport y mantener su empleo.
Pero vamos, nada de esto importa realmente, ¿o sí?

¿Y dónde está el policía? es un deleite de la comedia física
Vamos a decirlo: ¿Y dónde está el policía? es una película muy, muy estúpida, en todo el buen sentido de la palabra. Los juegos de palabras son bobos, a veces casi infantiles. Lo mismo para las instancias de comedia física—los cimientos en los que se construye esta película—. Sin embargo, son ejecutados con una habilidad envidiable en todos los niveles, desde el trabajo de cámara hasta las actuaciones.
Liam Neeson, en particular, sorprende en una ejecución cómica similar a la que tenía Nielsen: con una seriedad casi estoica dentro de las circunstancias más absurdas. En cierto modo, más que parodiar las películas policíacas—ya no tan usuales, aunque esta comedia sí hace un vago comentario sobre la violencia racial perpetrada por la policía—, se trata de una parodia de la propia carrera del actor como masculino (y a veces trágico) héroe de acción.
Aquí las situaciones no alcanzan el grado de exageración caricaturesca de las películas originales, que quizá sería demasiado para las sensibilidades de hoy. Pero sí hay una actualización en los recursos visuales utilizados: acá tenemos autos eléctricos y visión térmica, por ejemplo.

Esta actualización también es, afortunadamente, también de representación y de discurso. El casting de Pamela Anderson, por fortuna, es informado por las sorprendentes dotes cómicas de la actriz. El antagonista parodia a uno de los grandes villanos de nuestros tiempos: los techbros multimillonarios que venden tecnocracia e hipermasculinidad, pero no pueden levantar un lápiz o un puño ni aunque sus vidas dependieran de ello. Ciertas bromas un tanto rancias de las originales quedan fuera aquí, sin que eso sea en detrimento de las carcajadas.
Lo que hace el director y coguionista Akiva Schaffer con ¿Y dónde está el policía? es un delicado acto de equilibrismo entre pasado y presente, que en otras manos quizá podría inclinarse más hacia la nostalgia reaccionaria, hacia un humor más “inocente” que, mañosamente, correría el peligro de esconder idealizaciones rancias.
Mejor aún, este es un reivindicación de la comedia física y simplona para un propósito que trasciende todos los esfuerzos de las megafranquicias interconectadas por la secuelitis aguda crónica terminal: hacer reír y brindar un rato divertido en el cine.
¿Y dónde está el policía? (The Naked Gun) ya está en salas de cine mexicanas.